EL DÍA A DÍA EN EL AULA
Hoy nos vamos a poner en la piel de un docente
con un(os) alumno(s) con discapacidad auditiva. Para ello es de vital importancia tanto la ubicación del alumno como la del profesor. Ambos deben estar en un lugar de la
clase “estratégico” donde pueda tener una visión general del aula y a la vez
pueda ver tu cara y al intérprete de lengua de signos. Nosotros, como su
profesor o profesora, no podemos olvidar que
si nos damos la vuelta se perderá lo que decimos en este momento, ya que no podrá mirarnos los labios no la expresión.
Conviene que el aula sea
poco ruidosa. Esto facilitará que el alumnado con restos auditivos y prótesis
auditivas puedan aprovechar esa información sonora.
A la hora de dar la
clase es muy beneficiosa utilizar recursos didácticos visuales que puedan
facilitar la comprensión de nuestras explicaciones. Ten cuidado con los reflejos en
la pizarra o en el soporte que estés utilizando para presentar la información
visual (proyecciones de Power Point, películas, etc.).
La pizarra es un buen
recurso educativo para escribir el guión del tema que estés explicando, el
vocabulario nuevo que va apareciendo, fechas importantes, etc.
Debemos tener en cuenta
que alumno sordo tiene que atender al ayudante de lengua de signos, al
profesor, lo que se escribe en la pizarra y lo que tiene que escribir él en el
cuaderno. No puede atender a dos cosas a la vez, por lo que debemos dejarle un
poco de tiempo extra para que no se sature.
Para que esté más cómodo es mejor proporcionarles el material por escrito con anterioridad, dedica un tiempo al final de la sesión para reforzar lo que se ha trabajado en clase, organiza tareas complementarias, etc.
Para que esté más cómodo es mejor proporcionarles el material por escrito con anterioridad, dedica un tiempo al final de la sesión para reforzar lo que se ha trabajado en clase, organiza tareas complementarias, etc.
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